Al calor de promesas vacías
Nueva evidencia muestran que la crisis climática está empeorando, pero Barack Obama sigue preocupado a salvaguardar las ganancias corporativas, en vez de proteger el medio ambiente.
ESTE INVIERNO en Chicago, donde SocialistWorker.org tiene su base, no nevó sino hasta finales de enero, estableciendo un nuevo récor de 335 consecutivos días sin acumular una pulgada de nieve. La última vez que esto pasó en Chicago fue hace más de un siglo: 1889-1900.
Por sí solo, que la temperatura en Chicago alcance los 50 °F en enero no significa mucho, pero patrones climáticos cálidos fuera de temporada están ocurriendo a lo largo de todo el país, y un reciente reporte los hace muy significativos: el año 2012 fue el año más cálido desde que se lleva registro en EE.UU.
La segura conclusión: el clima está cambiando.
Bueno, en todos lados, menos en Washington D.C.
Mientras la evidencia del cambio climático y sus desastrosas consecuencias continúan acumulándose, el establecimiento político de EE.UU. permanece cautivo entre dos alternativas. Una es la posición republicana: negar la existencia del cambio climático y permitir que América Inc. continúe cavando pozos, minando la tierra y contaminando a destajo. La otra posición es la demócrata: reconocer que el cambio climático causado por los seres humanos es real, reconocer que sus efectos son actualmente malos y potencialmente catastróficos, hablar sobre la necesidad de tomar acción y... luego permitir que América Inc. continúe cavando pozos, minando la tierra y contaminando a destajo.
Para republicanos y demócratas por igual, las ganancias vienen antes que el medio ambiente.
De hecho, después de cuatro años de un presidente demócrata que como candidato prometió revertir las políticas de su predecesor republicano, la actual política energética del país es ahora más destructiva, no menos. De acuerdo a la Agencia de Información sobre Energía, si la actual tendencia se mantiene, en 2014 la producción de petróleo estadounidense alcanzará un nivel pico no visto en 26 años.
Obama podrá hablar de la necesidad de frenar la emisión de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global, pero la prioridad de la clase capitalista estadounidense, en competencia con sus rivales internacionales, ha impulsado un rápido aumento en la producción de petróleo y gas natural. De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía, EE.UU. sobrepasará a Arabia Saudita como el mayor productor de petróleo del mundo en 2020.
Y... sí, todo esto está pasando bajo el gobierno demócrata en el que millones de personas confiaban sacaría al país fuera de las desastrosas políticas republicanas de "cava, nena, cava"
Todo apunta a una conclusión inequívoca: acciones significativas no ocurrirán por iniciativa del gobierno, sino de nosotros.
SI SE trataba de romper el récor por el año más cálido en EE.UU., 2012 dejó a la competencia en el polvo. De acuerdo al New York Times:
Las diferencias anuales de temperatura generalmente se miden en fracciones de grado, pero el promedio del año pasado de 55,3 °F demolió el récor anterior, establecido en 1998, por un grado completo.
Si esto no suena suficientemente impresionante, tenga en cuenta que 34.008 récores de temperaturas diarias más altas se establecieron en las estaciones meteorológicas a través del país, en comparación con sólo 6.664 récores de temperaturas más bajas, según un recuento que mantiene el meteorólogo Walton Guy, del Weather Channel, utilizando los registros federales de temperaturas. Esta relación, que se mantenía más o menos en equilibrio en fecha tan reciente como la década de 1970, ha estado fuera de control desde hace décadas ya que el país se ha calentado, pero nunca tanto como lo fue el año pasado.
A nivel mundial, se espera que 2012 sea sólo el octavo o noveno año más cálido en registro, esto gracias al efecto moderador causado por el fenómeno de "La Niña" que refresco otras partes del planeta. Aun así, como el Times reportó: "Suponiendo que la predicción se mantenga, esto significará que los 10 años más cálidos registrados ocurrieron todos en los últimos 15 años--una medida de hasta qué punto el planeta se ha calentado".
A parte de las elevadas temperaturas, Estados Unidos, al igual que otros países del mundo, ha sido golpeado por más y más frecuentes severos fenómenos meteorológicos, incluyendo una prolongada sequía que arrasó con cultivos de maíz y de soya, así como también huracanes, como Isaac y la súper tormenta Sandy. La Evaluación Nacional del Clima, el reporte más importante en materia de cambio climático en EE.UU., comienza diciendo:
El cambio climático ya está afectando a los estadounidenses. Ciertos tipos de fenómenos meteorológicos son cada vez más frecuentes y/o intensos, incluyendo olas de calor, lluvias intensas y, en algunas regiones, inundaciones y sequías. El nivel del mar está subiendo, los océanos se vuelven más ácidos, y los glaciares y el hielo marino del Ártico se están derritiendo. Estos cambios son parte del patrón del cambio climático global, el cual es impulsado principalmente por la actividad humana.
Y, sin embargo, el cambio climático estuvo ausente de la campaña electoral de 2012. Obama dijo casi nada sobre la cuestión, y por el contrario, produjo anuncios electorales promocionando el hecho de que la producción nacional de petróleo alcanzó su punto mayor en ocho años.
En su primera conferencia de prensa tras ganar la reelección, Obama "reafirmó" la necesidad de abordar el cambio climático, diciendo, "Soy un firme creyente de que el cambio climático es real, que se ve afectado por el comportamiento humano y las emisiones de carbono, y como consecuencia, creo que tenemos la obligación ante las futuras generaciones de hacer algo al respecto".
Esto puede parecer un paso adelante comparado al silencio durante la campaña, pero la respuesta de Obama acerca de lo que su gobierno ha hecho para detener el cambio climático es risible. Se refirió a las medidas para mejorar los estándares de eficiencia de combustible para vehículos y para aumentar parte de la producción de energía renovable. "No hemos hecho todo lo que necesitamos", admitió.
¿En serio?
De hecho, esas medidas son apañadas por el verdadero logro de Obama en aumentar la extracción de petróleo y gas. La revista Forbes, voz corporativa por excelencia, profirió abundantes palabras de elogio para Obama cuando informó sobre la predicción de la Agencia Internacional de Energía de que EE.UU. pronto se convertiría en el primer productor mundial de crudo:
Se pone mejor... tanto que espero que los detractores de Obama estén bien sentados en su silla, porque esto va a doler un poco. En el informe indica que en 2035, EE.UU. alcanzará la autosuficiencia energética y pasará de ser un importador de petróleo--actualmente importamos el 20 por ciento de nuestras necesidades totales de energía desde otras naciones--a un exportador neto de petróleo...
"Hace cinco años, si yo o alguien hubiera pronosticado un crecimiento de la producción de hoy, la gente hubiera pensado que estábamos locos", dice Jim Burkhard, director de investigación de mercados de crudo de la firma consultora de energía IHS CERA.
Además de promover la perforación en los EE.UU., especialmente en Alaska, se cree que la administración Obama – después de haber sido obligada a retroceder por la presión activista – está a punto de dar luz verde al gasoducto de arenas de alquitrán Keystone XL a finales de este año. El renombrado climatólogo James Hansen dice que si la producción de petróleo a partir de arenas bituminosas está completamente en línea, es "game over".
Aquellos esperanzados de que la "re-energizada" administración Obama inicie una conversación real acerca del cambio climático seguramente se sentirán decepcionados. Como Betsy Taylor, una consultora ambiental en Washington, dijo al diario británico The Guardian, "Podríamos estar perdiendo la oportunidad política creada por Sandy. Estamos decepcionados de que [Obama] no ha hablado ni utilizó su púlpito... En el muy corto plazo, hubo una oportunidad post Sandy, pero no creo que haya sido aprovechada".
LA REGLA es simple: Cualquier cosa que de alguna manera amenace el provecho económico de los contaminadores corporativos, la industria automotriz, las minas y las compañías petroleras no se puede tocar en Washington.
Obama mismo lo admitió cuando dijo que cualquier plan para luchar contra el cambio climático tiene que sopesar el potencial impacto económico, utilizando su preocupación por el desempleo como cubierta "[S]i el mensaje es que vamos a hacer caso omiso del empleo y el crecimiento sólo por hacer frente al cambio climático, no creo que nadie vaya a aceptar eso", dijo Obama. "Yo no voy a aceptar eso."
Pero el cambio climático continuará a menos que los contaminadores industriales, los principales responsables, sean afectados económicamente.
La industria de los combustibles fósiles sigue siendo la más lucrativa en el mundo; sólo el año pasado, Exxon Mobil reportó ganancias récord de $16 mil millones. Eso es 16 mil millones de razones para no detener la destrucción del planeta, y Exxon es sólo una empresa entre muchas. Y Obama, quien como candidato en 2008 sugirió una vez un "impuesto a las súper ganancias" de las compañías petroleras , nunca lo ha vuelto a mencionar desde que asumió el cargo.
Obama ahora dice que está "considerando seriamente" ser anfitrión de una cumbre climática en la Casa Blanca, en algún momento durante su segundo mandato, pero no guarde el aliento.
Si tal cumbre llegara a suceder, estaría condenada desde el inicio porque aceptaría los actuales términos del debate. La administración se asegurará de que las compañías petroleras, los "consultores de energía" y todos los contaminadores tengan "un lugar en la mesa", pero no habrá espacio, ni siquiera estando de pie, para las víctimas del huracán Sandy, los campesinos que luchan la grave sequía o los residentes de la Costa del Golfo que intentan reconstruir sus vidas después del derrame de petróleo de BP.
A aquellos realmente preocupados por el medio ambiente se les dice que deben trabajar en "colaboración" con las grandes empresas. Pero las empresas no son nuestros "socios". Están matando el planeta y amenazando la vida de la gente común en todo el mundo.
Un cambio significativo no va a ocurrir en Washington sin una gran lucha desde abajo que fuerce dicho cambio. El activista medioambiental Bill McKibben ha sido demasiado amable con Obama en el pasado, pero tiene toda la razón al argumentar en TomDispatch:
El presidente debe ser presionado para hacer todo lo posible, y más. Es por eso que miles de nosotros, descenderemos en Washington DC el fin de semana del Día del Presidente, en lo que será la mayor manifestación ambiental en años. Pero hay otra posibilidad que debemos tener en cuenta: que tal vez simplemente él no está dispuesto, y que vamos a tener que hacerlo por él, lo mejor que podemos.
Si él no se enfrentará a la industria de combustibles fósiles, lo haremos nosotros. Es por eso que en 192 universidades en todo el país hay movimientos de desinversión activa haciendo su mejor esfuerzo para subrayar el hecho de que la industria de los combustibles fósiles amenaza el futuro de todos.
Si él no quiere usar nuestra posición como superpotencia para conducir las negociaciones internacionales sobre el cambio climático fuera de su rutina, lo intentaremos nosotros. Es por eso que los jóvenes de 190 naciones se reunirán en Estambul en junio en un esfuerzo por avergonzar a la ONU para que pase a la acción.
Si no quiere escuchar a los científicos, como los 20 mejores climatólogos que le dijeron que el oleoducto Keystone era un error, entonces, los mejores científicos están cada vez más claros de que tendrán que hacerse arrestar para ser escuchados.
Que nadie se equivoque: No podemos darnos el lujo de esperar a que Obama y los demócratas adopten medidas sobre el cambio climático por sí mismos, porque no lo harán. Eso dependerá de nosotros.
Traducido por L. Damián Reyes