Resistiendo las burbujas
Las pruebas estandarizadas son parte del plan empresarial para socavar la educación pública, pero los ecos de una creciente resistencia se están dejando oír.
LAS LUMBRERAS de la "reforma" escolar pro empresarial--como el Secretario de Educación Arne Duncan y la ex superintendente de las escuelas de Washington DC Michelle Rhee--están empeñados en poner la educación pública de cabezas, y su estrategia consiste en abrir escuelas chárter, usar a los maestros y sus sindicatos como chivos expiatorios, y hacer que cada niño y niña sea un experto...en llenar las burbujas de las pruebas estandarizadas.
Sin embargo, especialmente en las últimas semanas, han estado encontrando alguna resistencia. El miércoles, 6 de febrero, se realizó un día nacional de acción en apoyo de los docentes Seattle, quienes anunciaron el mes pasado que no administran la evaluación Medidas de Progreso Académico (MAP, por sus siglas en inglés) a sus estudiantes.
El boicot comenzó en la secundaria Garfield, donde los maestros votaron unánimemente no tomar la prueba. Su posición fue rápidamente adoptada por otras escuelas en el distrito y ha ganado el apoyo de estudiantes y padres que se oponen a la manía de pruebas que penaliza a los estudiantes y maestros, malgastando los escasos recursos de las escuelas.
El superintendente de las Escuelas Públicas de Seattle, José Banda, amenazó a los maestros con una suspensión de 10 días, sin goce de sueldo, si la prueba no es tomada para el 22 de febrero. Pero los maestros se han mantenido firme y, esta semana, administradores del distrito verbalmente retiraron la amenaza –aunque en Garfield, la dirección está tratando de circunvalar el boicot sacando a los estudiantes de las salas de clase y administrando la prueba ellos mismos.
El boicot ha obtenido el apoyo del presidente de la Asociación Nacional de Educación, Dennis van Roekel, la presidente de la Federación Americana de Maestros, Randi Weingarten, el actor Matt Damon y la ex Subsecretaria de Educación Diane Ravitch, así como de la organización de apoderados Parents Across America y varias otras destacadas personalidades y grupos.
Esta semana, la sección de la NAACP del condado Seattle King anunció su apoyo al boicot. Su presidente, James Bible, señaló en un comunicado: "Parece que éxito en la prueba MAP es más un reflejo de la educación y/o éxito económico de los padres del niño". Bible concluyó: "Creemos que la prueba MAP conduce a resultados y oportunidades injustos. En consecuencia, creemos que la prueba debe ser suspendida, y los maestros deben ser apoyados".
Todo aquel preocupado por el futuro de nuestras escuelas debe hacer lo posible por apoyar a los maestros de Seattle. Acciones como el boicot son pasos importantes para hacer frente al multifacético asalto contra la educación pública, y nos dan una oportunidad para comenzar a imaginar cómo puede lucir un sistema educativo bien financiado que valora a todos los estudiantes, maestros y padres de familia.
LA ACCIÓN de los docentes de Seattle ha claramente tocado un nervio con los estudiantes, padres y educadores que están hartos de la esquizofrenia de las evaluaciones estandarizadas.
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La Ley Ningún Infante Dejado Atrás (No Child Left Behind), promulgada durante la administración Bush, enfatiza las pruebas estandarizadas como la mejor manera de medir el éxito de las escuelas. Y Barack Obama avanzó aún más en esa dirección con el programa Carrera a la Cima (Race to the Top). Pero, como los maestros de Seattle explicaron al comenzar su boicot, MAP y muchas otras pruebas estandarizadas tienen importantes defectos y desventajas.
Por un lado, estas pruebas exacerbar uno de los principales problemas de la educación pública: la falta de financiamiento para todas las escuelas. El sistema de las Escuelas Públicas de Seattle estima que paga alrededor de $500.000 al año sólo en suscripción y costos de licencias del MAP. Para las escuelas y los distritos más pobres, estos son recursos que podrían ser utilizados en otras prioridades, como libros o computadoras.
También es el caso de que la marea de las prueba no afecta a todas las escuelas por igual.
Si estas evaluaciones son de tan gran ayuda para medir qué tan buena es una escuela, la lógica indica que las mejor financiadas escuelas deberían ser evaluadas todo el tiempo. Pero las escuelas privadas de élite, como Lab School de la Universidad de Chicago--donde el alcalde de Chicago y fanático de la reforma escolar, Rahm Emanuel, envía a sus hijos--no evalúan a sus maestros o su currículo basado en estas pruebas. Allí no "se enseña para la prueba", como las escuelas públicas están obligadas a hacer. Ellos hacen hincapié en una educación integral donde las bibliotecas, la educación física, los lenguajes y las artes no son considerados "extras".
Claramente, las pruebas estandarizadas son para los estudiantes y los maestros de las escuelas públicas, quienes deben demostrar qué pueden hacer con escasos recursos, y no para las escuelas acomodadas. Esto pone de relieve la enorme desigualdad en nuestro sistema educacional, donde hay dos tipos de escuelas: una para la mayoría de los estudiantes que necesitan ser entrenados para obedecer órdenes, y otro para la minoría que dará esas órdenes.
Y si estas pruebas han sido diseñadas para fallar a una porción de estudiantes, también son diseñadas para fallar a sus maestros. El propósito principal de la prueba MAP en Seattle no es medir el conocimiento del estudiante, sino evaluar a sus maestros, incluso si quienes la diseñaron dicen que no debiera usarse para esto. Maestros en los distritos de todo el país enfrentan la presión de aceptar, si ya no lo han hecho, un "pago por mérito" basado en los resultados de los estudiantes en las pruebas estandarizadas.
Así como las pruebas se apoderan más y más de la jornada y el año escolar, ellas ejercen cada vez más control sobre las condiciones de trabajo de los docentes y de sus derechos laborales. Los resultados de las pruebas estandarizadas pueden convertir un buen profesor en una escuela sin recursos--donde la pobreza y el hambre desempeñan un muy importante rol en el puntaje de los estudiantes--en un mal profesor, con consecuencias devastadoras.
El Sindicato de Maestros de Chicago estima que si la ciudad hubiera establecido un sistema de evaluación de este tipo, como lo buscó durante las negociaciones contractuales del otoño pasado, unos 6 mil maestros podrían haber perdido sus trabajos durante el primer o segundo año.
LAS EVALUACIONES estandarizadas son sólo un componente más en la más amplia agenda de "reforma" corporativa que pretende privatizar la educación pública, vendiéndola al mejor postor. Ellas también aseguran el fracaso de los estudiantes y sus maestros, permiten a los administradores del distrito cerrar escuelas basados en una profecía auto-cumplida, y proporcionan la justificación para sustituir las escuelas públicas con escuelas chárter –las que funcionan sin sindicatos de maestros.
Las pruebas no son sólo una mala o imperfecta política, sino que son parte de una estrategia a largo plazo para despojar a la educación pública de los recursos que necesita. Nada está a salvo de la privatización, ni siquiera la promesa de buenas escuelas públicas.
Pero cada vez más, los buitres de la "reforma" escolar y la terrible desigualdad que existe en el sistema educativo estadounidense están siendo expuestos a la vista de todos. A pesar de sus esfuerzos para enemistar a padres y a maestros, más y más personas están concluyendo que el ataque a los maestros es también un ataque a nuestros hijos. Esto fue algo que la huelga docente de Chicago destacó el año pasado: La lucha de los maestros es una lucha por todos nosotros.
Y la lucha en Chicago continúa. Maestros, padres y estudiantes se enfrentan a los planes de la ciudad para cerrar más escuelas públicas, a la vez que más escuelas chárter están siendo abiertas. En respuesta, enojados miembros de la comunidad interrumpieron un reciente encuentro organizado por una firma de relaciones pública para vender la privatización.
Mientras tanto, en ciudades de todo el país, el boicot de Seattle ha promovido más acción. "Más Que Un Puntaje estará peticionando en alrededor de dos docenas de escuelas de Chicago contra de pruebas estandarizadas", informó un chicagüense en la página Facebook de los maestros de Seattle. "¡Nos vamos a vestir de rojo por los maestros de Garfield, por supuesto!"
Así aconsejó Martin Luther King hace 50 años, cuando desafió la segregación:
Hay leyes justas y leyes injustas. Yo sería el primero en obedecer las leyes justas... Así mismo, uno tiene la responsabilidad moral de desobedecer las leyes injustas. Estoy de acuerdo con San Agustín cuando dice que "una ley injusta no es en absoluto una ley".
Nos unimos a los maestros Seattle que cuestionan las pruebas estandarizadas que están transformando las escuelas en canteras de miedo, y demandamos fondos para las escuelas públicas de nuestros niños merecen.
Traducido por Orlando Sepúlveda