¿Un sueño hecho realidad?

June 22, 2012

Debemos mantenernos enfocados en construir una lucha desde abajo.

LA DECISIÓN de Barack Obama de poner fin a la amenaza de deportación que pende sobre la vida de 800 mil jóvenes indocumentados y sus familias es algo por lo que el movimiento pro inmigrantes ha luchado por años. Sin embargo, la medida viene con injustas restricciones--y nadie debe olvidar que contrasta con la política gubernamental de los últimos tres años y medio, en especial el dramático aumento a las deportaciones desde el año 2009.

El anunció del 15 de junio de que el gobierno federal extendería estatus legal provisorio a algunos inmigrantes indocumentados llegados a EE.UU. como niños, fue recibido con lágrimas de alegría en muchas familias que han vivido con el constante temor a ser separados.

"Esta medida tiene efectos concretos e inmediatos", dijo el activista indocumentado Felipe Matos, "ahora no voy a tener miedo cada vez que me encuentre con la policía. Podré libremente abrir una cuenta bancaria... Incluso seré capaz de conducir sin temor a ser deportado".

Matos fue uno de los cuatro jóvenes que caminó 1.500 millas desde Miami hasta Washington, DC, el año 2010, para promover el Acta DREAM (la sigla forma la palabra "sueño" en inglés), una propuesta legislativa que crearía un camino a la legalización para jóvenes indocumentados que cumplan una serie de estrictas condiciones. Obama está siendo acreditado con implementar el espíritu del Acta por medio del ejercicio del poder presidencial--en concreto, extendiendo la "discreción del fiscal."

Protesters in New York City join in the growing call for passage of the DREAM Act

Las protestas de los jóvenes indocumentados y, frente al considerable riesgo personal, su extraordinaria valentía presionaron a Obama a tomar este curso. El presidente y sus asesores electorales cuentan con el voto latino en noviembre, y seguramente notaron un grupo marchó a través del país, y que a comienzos de mes llevó a cabo una serie de ocupaciones de sedes de campaña electoral de Obama.

Entre los activistas, sin embargo, el entusiasmo por el giro fue mitigado por las muchas restricciones y calificaciones impuestas a los jóvenes indocumentados que deseen aplicar por permisos de trabajos. Además, la administración ya antes ha prometido poner freno a las deportaciones de jóvenes, pero éstas han continuado.

Además, hay un contexto más amplio al anuncio. La campaña electoral de Barack Obama en 2008 dio esperanza a los 12 millones de inmigrantes indocumentados en EE.UU. Pero durante su mandato, las deportaciones alcanzaron nuevos récores, superando a las de Bush. Además, durante los primeros dos años de Obama, los demócratas controlaban la Cámara y el Senado, con las más grandes mayorías en toda una generación, pero fallaron en hacer del Acta DREAM una ley.

Así que aunque el anuncio de Obama tendrá un bienvenido impacto en la vida de cientos de miles de jóvenes indocumentados, su acción debe ser entendida en el contexto electoral y la cínica búsqueda de apoyo--por los demócratas--contra los republicanos. Quienes abogamos por los derechos de los inmigrantes no podemos contar con Barack Obama y que tenemos que construir un movimiento independiente a ambos partidos, que luche por la legalización para todos.


COMO ERA de esperar, los fanáticos anti-inmigrantes denunciaron la "traición" de Obama por negarse a aplicar la ley. "El 'Comandante en Jefe' se ha arrastrado a la cama con infractores y el crimen organizado mexicano", deliró el grupo anti-inmigrante So-Cal Patriotas.

Pero más allá de las rabietas nativistas, en seguida puede ser observado que la medida de Obama es muy limitada--lejos incluso del completo acceso a la legalización propuesto en la Acta DREAM. La descripción del Washington Post's deja en claro que es realmente un sueño diferido:

Los inmigrantes elegibles recibirán una "acción deferida", que esencialmente significa un período de gracia de dos años, junto con la posibilidad de solicitar un permiso de trabajo. La decisión será tomada caso por caso, y las autoridades dijeron el viernes que obtener el indulto no concede automáticamente el derecho al trabajo.

El período de gracia estará disponible para los inmigrantes que puedan demostrar que llegaron a Estados Unidos cuando eran menores de 16 años, han vivido en el país durante al menos cinco años, y actualmente se encuentran en el país. Ellos deben estar en la escuela, haberse graduado de la secundaria, obtenido un certificado de educación post secundario, o haber sido dado de baja honorablemente de las fuerzas armadas o la Guardia Costera.

Asimismo, no debe ser mayor de 30 años, o haber sido condenado por un crimen, un significativo delito menor, múltiples delitos menores, o representar una amenaza para la seguridad nacional o seguridad pública.

Con todo, las más generosas estimaciones señalan que no más de 1 millón de jóvenes indocumentados serán beneficiados, esto es, alrededor de un 9 por ciento de todos los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.

Y para aquellos que puedan aprovechar el alivio temporal, la medida aún tiene riesgos. Los jóvenes indocumentados tendrán que presentarse a solicitar el período de gracia sin una garantía de que será concedido--elevando la posibilidad de estar firmando su propia expulsión, si la solicitud es denegada.

Tan recientemente como el año pasado, Obama insistió en no tener la autoridad para detener las deportaciones de jóvenes indocumentados. Un número de factores, en conjunto, impulsaron a Obama a cambiar de tono.

En primer lugar, la campaña activista de los jóvenes indocumentados ha mantenido el foco sobre las injusticias enfrentadas por el adulto joven. Gracias a sus esfuerzos por la aprobación del Acta DREAM, la lucha inmigrante ha mantenido la presión sobre el gobierno de Obama de una manera en que otras no. El anhelo de Obama para presentarse como amigo de los inmigrantes durante la campaña electoral peligraba.

En segundo lugar, gracias a las encuestas de opinión, la administración Obama ya sabía que la nueva política goza de amplio un apoyo entre los posibles votantes. Según una encuesta que Bloomberg publicó justo después del anuncio, el 64 por ciento del posible electorado--y el 66 por ciento de los votantes independientes--apoya la decisión de Obama. Sólo el 30 por ciento se opone al plan, en su gran mayoría republicanos.

En tercer lugar, con la opinión pública de su lado, la movida de Obama pone a los republicanos en un aprieto--en especial a su candidato presidencial Mitt Romney. La campaña de Romney también puede leer las encuestas y __no está dispuesta a estar del lado equivocado con los políticamente independientes. Pero Romney también tiene que lidiar con el fanatismo de la base de su partido. Por lo tanto, él fue forzado a quejarse de la necesidad de una "solución a largo plazo", en lugar de una solución temporal.

La maniobra de Obama puso de relieve las diferencias entre Romney y el senador republicano de Florida Marco Rubio, quien afirma estar trabajando en un Acta DREAM, reducida. Rubio es mencionado repetidamente como un posible compañero de fórmula presidencial de Romney.


LOS MOTIVOS electorales de Obama son obvios, incluso si "la Casa Blanca haya, forzada y casi imposiblemente, negado que Obama intentó obtener un provecho político de su anuncio", según Reuters.

Esto ruega responder qué actitud los partidarios de los trabajadores inmigrantes deben tomar en relación a Obama y el Partido Democrático en las elecciones de 2012.

Sin lugar a dudas, algunos activistas decidirán apoyar y trabajar por la re-elección del presidente, sobre la base de que su último anuncio muestra al "Obama verdadero"--alguien apegado a sus principios, sólo si los republicanos se lo permitieran.

Sin embargo, las mejoras reales para los jóvenes indocumentados que califiquen bajo la nueva política no hacen los cálculos políticos de Obama menos cínicos. Y por cierto, no hace la política de su gobierno--la ampliación de programas como "Comunidades Seguras" y el aumento del ritmo de las deportaciones--menos inhumanas y destructivas.

Los operativos demócratas serán muy hábiles para avergonzar a los activistas a que abandonen sus "ilusorias" demandas en favor de pragmáticas "realidades" políticas. Un reciente especial del Washington Post proveyó una idea de cómo los funcionarios de la administración apelan al pasado de Obama como organizador comunitario para ejercer presión sobre los activistas pro inmigrantes:

Obama, a menudo, ha aleccionado a activistas sobre lo que él considera sus erróneas inquietudes. Ayudantes de alto rango han telefoneado a activistas para reprenderlos por no respetar al presidente. Funcionarios de la Casa Blanca han desestimado las medidas de presión como las protestas políticas como pasadas de moda, irrelevantes y hasta contraproducentes.

"Él también ha encabezado una manifestación y defendido a aquellos que se sienten dejados atrás, por lo que completamente entiende su estrategia", dijo Valerie Jarrett, una alta asesora de la Casa Blanca. Pero "una estrategia más constructiva con él es la siguiente: ¿Cómo llegamos de A a la Z, porque yo ya estoy... Tú no tienes para que tratar de convencerme. Y cada hora [en que estás protestando y quejándote] es una hora que no estás trabajando con el presidente y su equipo en la serie de pasos que debemos tomar en conjunto para mover la pelota a adelante."

Sin embargo, la inacción de los últimos tres años y medio--incluso en un tema políticamente popular como el Acta DREAM, cuando los demócratas controlaban la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso--son una prueba de lo que sucede si confías en "el presidente y su equipo".

Las energías de los activistas centradas en la construcción de un movimiento de base independiente--que es, después de todo, lo que ha mantenido el asunto de los derechos inmigrantes en la palestra pública en los últimos años--contribuyendo a presionar a Obama a tomar pasos reales, aunque limitados, como lo hizo la semana pasada.

Traducido por Orlando Sepúlveda

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