Entre el buen tira y mal tira

September 30, 2013

Puede que los republicanos no logren desfinanciar la ley de salud, pero están empujando todas sus más favoritas medidas anti-obreras y pro-empresariales.

LA BATALLA presupuestaria en curso en el Congreso está comenzando a parecer como un show policiaco de televisión, con la familiar escena de un policía rudo y otro cortés trabajando juntos para obtener sus resultados.

El tosco matón: los republicanos --liderados por los perros rabiosos, hocico espumado, del Tea Party, como el senador de Texas Ted Cruz-- amenazando con cerrar el gobierno federal, si el Acta de Cuidado Asequible (ACA), la reforma de salud de Obama, no es desfinanciada.

El afable embaucador: la Obama y los demócratas, cacareando acerca de cómo, en interés de los trabajadores, defenderán la reforma de salud y no dejarán que el gobierno cierre, mientras calladitos conceden a los republicanos los recortes que quieren, alegando "responsabilidad".

La pareja es tan desigual que parece nunca llegar a acuerdo, pero todos sabemos cómo trabaja la rutina del "policía bueno, policía malo". Republicanos y demócratas obtienen mucho más de lo que quisieran enterarnos, mientras las víctimas de esta rutina, las decenas de millones de trabajadores y trabajadoras norteamericanos, son timadas.

Barack Obama and Ted Cruz

El mismo libreto ha emergido en varias ocasiones durante la presidencia de Obama: en el papel de carniceros presupuestario, los republicanos, buscando destrozar la red de seguridad social; y en el papel de inocente espectador, los demócratas, actuando como si fueran incapaces de hacer nada al respecto, para luego aceptar la mayor parte de lo que los republicanos buscaban.

Los demócratas siempre terminan apoyando la opción "más realista", menos mala, y recitan con convicción que esto fue lo mejor que pudieron hacer.

A finales de 2010, después de casi dos años en el poder, Obama y los demócratas finalmente actuaron en su promesa electoral de rescindir los recortes fiscales de la era Bush para los súper-ricos. A pesar de que contaban con el apoyo popular y con la mayoría en ambas cámaras del Congreso, los demócratas acordaron prorrogar por dos años esos recortes, a cambio de una extensión temporal de las prestaciones por desempleo y el recorte al impuesto sobre la nómina.

En el verano de 2011, la administración Obama necesitaba que el Congreso elevara el techo de la deuda para evitar que el gobierno federal entrara en default; los republicanos rechazaron incluso un "gran acuerdo" ofrecido por Obama, que triplicaba la reducción de gasto, incluso en el Seguro Social y Medicare. Los republicanos jugaban al pestañeo con la economía mundial e incluso las corporaciones estadounidenses advertían precaución. Pero al final fueron los demócratas quienes capitularon, acordando recortes aún más profundos.

Otro enfrentamiento de este tipo ocurrió a principios de 2013, tras una elección que Obama ganó fácilmente. El resultado: Obama aceptó $85 mil millones en recortes al gasto federal, incluyendo feriados involuntarios para miles de trabajadores federales y cortes a las prestaciones por desempleo para los cesantes por largos períodos.

Si esto es "alzarse" contra los republicanos, no queremos saber cómo luce arrugarse ante ellos.


AHORA TENEMOS otro cierre gubernamental acechando, y el Acta de Cuidado Asequible está sobre el tajo. Según ACA, El 1° de octubre es cuando los "mercados estatales de seguros" debieran comenzar operaciones. En ellos, las personas sin seguro de salud pueden comprar cobertura "mínima esencial"; si no lo hacen, corren el riesgo de ser multados en sus impuestos.

El "mandato" individual arrojará a millones de nuevos clientes a las garras de las aseguradoras privadas, que dejarán miles de millones de dólares en sus cuentas bancarias. Los gigantes de los seguro sabían que habría ganancias extraordinarias que hacer con la nueva ley de salud, por lo que sus grupos de presión ayudaron a moldear la ley, para asegurarse de que, por ejemplo, no hubiera ninguna "opción pública" que pudiera competir con las empresas privadas.

Los demócratas, "desde adentro", se aseguraron de esto, mientras que "desde afuera", los republicanos usaron su constante obstruccionismo para chequear que los demócratas continuaran "comprometiendo" a cada instancia.

Esta estrategia dual sigue operando. La semana pasada, la Cámara Baja, controlada por los republicanos, votó, casi exactamente en líneas partidarias, continuar financiando las operaciones del gobierno federal después del 30 de septiembre, pero desfinanciando ACA. Con una lágrima en sus ojos, el presidente de la Cámara John Boehner llamó esto una "victoria para el pueblo americano y una victoria para el sentido común."

Luego, frente al prospecto de que tal legislación fuera derrotada en la Cámara Alta, el senador de Texas, republicano, Ted Cruz intentó obstruir el voto, comenzando a dirigirse al piso del Senado por cuánto tiempo pudiera sostener, alegando que los demócratas estaban dispuestos a correr el riesgo de cerrar el gobierno en vez de poner fin a la ley de salud.

La mayoría de los senadores republicanos se distanciaron de Cruz, pero no de su asalto a la ley de salud. El líder minoritario, republicano de Kentucky, Mitch McConnell, dijo que no acepta la amenaza de cerrar el gobierno, pero que destripar ACA es lo correcto.

ACA ni siquiera proporciona acceso a una atención de salud asequible. Pero esa no es la razón por la que los republicanos se oponen a ella. De Boehner a Cruz, y todos los demás, la feroz oposición de los republicanos a "Obamacare" es otro ejemplo de jugar a la política con las vidas de la gente para su beneficio personal --a veces una ganancia muy personal.

Aunque Cruz dice que su postura en este asunto tiene que ver con la gente en Texas, hay una influencia mucho mayor sobre él. En mayo, fue un invitado especial en la exclusiva fiesta de los multimillonarios y ultra-conservadores hermanos Koch, en Palm Springs, California

En la "fiesta", los hermanos Koch esbozaron un nuevo enfoque para los republicanos, trabajando por un gobierno más pequeño y más desregulación, en lugar de cuestiones sociales perdidas, como la inmigración. Cruz, una de las "nuevas estrellas" del evento, es una parte importante de este proyecto.

Los hermanos Koch están hasta los codos en la cruzada contra ACA, la ley de Obama. En el período previo a la puesta en marcha de los mercados de seguro, ellos han estado apoyando una campaña para que la gente no se inscriba. Por ejemplo, una organización con sede en Virginia, con vínculos con los hermanos Koch tiene una campaña de anuncios televisivos, completa con exámenes ginecológicos realizados por un espeluznante Tío Sam, destinadas a ahuyentar a los estudiantes universitarios y los jóvenes.

Mientras tanto, los demócratas están felices de tener fanáticos como Cruz atacando la ley; les ayuda a verse como si estuvieran luchando contra algo. El líder mayoritario del Senado, Harry Reid, declaró que los demócratas rechazan cualquier intento de Cruz y otros de desfinanciar ACA, pero al mismo tiempo pidió sugerencias de los republicanos "responsables" sobre aún más compromisos, en una ley ya totalmente comprometida.

Los republicanos no van a lograr desfinanciar ACA, mientras los demócratas tengan el Senado. Pero mientras tanto, están llenando la legislatura con todas sus favoritas medidas anti-obreras y pro-empresariales: Chequeo de medios para Medicare, "reforma" de responsabilidad médica, destrucción del sistema federal de jubilación de empleados, eliminación de la Ley Dodd-Frank de regulación financiera de 2010, debilitando la Agencia de Protección Ambiental, restricción de otros reguladores federales, y la ampliación de la producción de energía en el mar.

Con los demócratas hablando duro sobre el ACA, pero mostrando su disposición a renunciar en otros asuntos, ¿quién sabe cuántos de estos proyectos de la derecha, la mayoría de ellos considerados marginales durante muchos años, llegarán a ser parte del "compromiso" que ponga fin a esta última crisis.


LA AUSENCIA de un verdadero debate sobre el cuidado de la salud ha tenido su efecto, y las encuestas de opinión reflejan la confusión sembrada por los republicanos. Según una encuesta de agosto de la Fundación de la Familia Kaiser, alrededor del 42 por ciento de los estadounidenses tiene una opinión desfavorable de ACA, en comparación con sólo el 37 por ciento que la ve positivamente. El alarmismo republicano ha tenido mucho que ver con esto, pero también muestra las dudas sobre las deficiencias reales de ACA que han quedado expuestas.

En medio del falso debate sobre Obamacare, hay una real emergencia de salud asentándose en Estados Unidos. El año pasado, unos 48 millones de personas, el 15 por ciento de la población, estaban sin seguro médico, según la Oficina del Censo. Una cuarta parte de las personas que ganan menos de $25,000 al año no tienen seguro médico.

Una "reforma" tal como existe en la ley de salud de Obama, llena de lagunas, compromisos y medias medidas, no estará ni cerca de arreglar esta brecha. ACA no lidia con los altos costos del cuidado de la salud, ni reforma la manera en que el cuidado de salud, en el derrochador e ineficiente sistema con fines de lucro, es proporcionado.

Pero la trifulca en Washington no es sólo acerca de ACA. Es el mismo guion otra vez: Los republicanos intransigentemente se van al ataque, con o sin mayoría, y los demócratas comprometen. Tras todos los dimes y diretes, el buen tira y el mal tira terminan cooperando para llevar a cabo la deterioración de los estándares de vida de todos los trabajadores.

Traducido por Orlando Sepúlveda

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